Todos los eventos tienen diferentes perspectivas... esta es una de ellas y que quizá no te imaginabas.

viernes, 11 de julio de 2008

Nuestra responsabilidad con el medio ambiente

"Mientras la tierra permanezca no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche" Génesis 8:22

Hoy en día hemos estados escuchando cada vez más sobre el cambio climático y el calentamiento global. Hay voces en todo el mundo que afirman que nos vamos a acabar el planeta. En últimas fechas hemos escuchado sobre más terremotos, inundaciones, ciclones, huracanes, sequíasn, formaciones de desiertos, descongelamiento de glaciares y se asegura que estamos viviendo un cambio climático mayor.

Da darse este cambio climático, sería la cuarta vez que la humanidad sufre un cambio radical en el clima. Los anteriores los podemos ver a la luz de la Biblia. En Génesis 3:17 Dios maldijo la tierra que había creado para el hombre, por el pecado de Adán:
"Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la vozde tu mujer y comiste del árbol de que te mandé diciendo: «No comerás de él», maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida". En ese instante, la tierra dejó de ser tan productiva, como lo era en el principio en el huerto del Edén.

No mucho tiempo después Dios volvió a quitarle fuerza a la tierra en el segundo cambio climático cuando Caín mató a Abel, tal como lo podemos leer en Génesis 4:11 y 12
"Ahora, pues, maldito seas de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en ella".

El tercero fue, desde mi punto de vista, el mayor de los cambios climáticos, ya que aún en los anteriores la tierra era fértil gracias a un vapor que regaba toda la tierra, como lo describe Génesis 2:6
"sino que subía de la tierra un vapor que regaba toda la faz de la tierra". Pero la maldad del hombre llegó a tal grado en la tierra que, en la época de Noé, Dios decidió destruir a todo ser viviente por medio del diluvio. Las condiciones meteorológicas que imperaban en tiempos antes del diluvio permitía que incluso el Sol no afectara las células del cuerpo y la longevidad de los hombres superaba fácilmente los 800 años.

En Génesis 6:13, Dios le notifica a Noé este cambio climático (el mayor hasta nuestros días):
"Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y yo los destruiré con la tierra". Al leer todos estos pasajes podemos deducir dos aspectos importantes: Primero, que Dios es el único capaz de realizar cambios climáticos en la tierra. Al final de cuentas Dios creó la tierra y fue el que la preparó para el hombre, para sus sibsistencia y manutención; y segundo, el motivo por el que Dios ha maldecido la tierra es por causa de la desobediencia del hombre. En los eventos mencionados es precisamente la desobediencia del hombre el motivo para que Dios hiciera cambios degradantes en la tierra.

A partir de entonces, Dios le advirtió al hombre sobre las consecuencias de nos seguir sus mandatos, específicamente en su tierra. Le prometió a Israel que habitaría en una tierra que fluye leche y miel y para la época de la dominación romana y aún en nuestros días, el territorio de Israel es mayormente desértico y por mucho ya no es la tierra que destila leche y miel.

La desobediencia del hombre ha traído maldiciones específicas a la tierra, como por ejemplo, el pecado de Acab, rey de Israel, trajo 3 años sin lluvias, o la dureza de corazón de fareón tuvo consecuencias en la tierra de Egipto con las plagas, y si leemos en muchos pasajes del Pentateuco, donde Dios dictó sus leyes al pueblo de Israel, les advirtió que de no seguirlo, sus cosechas no se lograrían.

Desde que Dios puso a Adán en el huerto del Edén hasta el día de hoy, el hombre ha utilizado los recursos naturales para su manutención, ya que Dios así lo estableció. Hoy podemos ver consecuencias del abuso con el que hemos consumido nuestros recursos y sabemos que no se ha hecho con el cuidado necesario. En específico, el uso de combustibles fósiles que emiten gases de efecto invernadero han provocado que se produzca un calentamiento inusual en la tierra y sabemos que su uso fue muchas veces irresponsable o sin importarnos sus consecuencias.

Los organismo mundiales, políticos, económicos, ambientales y demás, nos invitan todos el tiempo a tener una mejor conciencia ecológica para no "acabarnos" el planeta o sus recursos y como cristianos o desde el punto de vista religioso, la pregunta es: ¿por qué debemos contribuir al mejoramiento ambiental si sabemos que Dios es el único que puede destruir la Tierra?

Dios, así como le ha advertido al hombre sobre la consecuencia que tendrá en la tierra nuestra desobediencia, también nos ha dado la respuesta a cómo mejorar el medio ambiente. En 2o de Crónicas 7:13 y 14, un pasaje conocido para los cristianos, al final nos da la respuesta: "Si yo cierro los cielos para que no haya lluvia, y si mando a la langosta que consuma la tierra, o si envío pestilencia a mi pueblo; si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra".

Desde el punto de vista religioso, debemos seguir estas indicaciones de Dios para tener su bendición en esta tierra y aunque sabemos que esta tierra no volverá a ser como el huerto del Edén, Dios nos da la esperanza de habitar en un lugar todavía más excelente, como lo dice en Apocalipsis 21:1 y 3: "Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más [...] y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios»".

Como habitantes de este mundo, debemos cumplir y obedecer a nuestra autoridades y ayudar con nuestros hechos al mejoramiento ambiental, pero como cristianos, nuestra mayor responsabilidad es humillarnos a Dios, orar a Él y convertirnos de nuestros malos caminos; esa es nuestra verdadera contribución al medio ambiente.

Que Dios les bendiga.

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